En un proceso de producción ya sea; en el ámbito automovilístico,
alimenticio, tecnológico. Es imprescindible contar con un área encargada de
velar por la calidad del producto. Esta labor era realizada anteriormente por
personas especializadas, pero con un mercado cambiante como el nuestro surge la
necesidad de producir mayores volúmenes en menor tiempo y sin perder la calidad
del producto para ello, el control de calidad debía automatizarse. La solución
a esta necesidad fue la visión artificial, la cual era diseñada de acuerdo a
las necesidades del proceso esto ofrecía una gran versatilidad.
El control de calidad debía ser
realizado por una máquina, para sustituir el ojo humano se utilizaron cámaras
que serían las encargadas de hacer las capturas de imagen, también se
necesitaba el hardware que debía procesar estas imágenes convirtiéndolas en
datos binarios, pudiendo ser estos: FPGA, Microcontroladores,
Microprocesadores, PC. Y por último el software quien sería el encargado de
interpretar estos datos binarios y posteriormente ser capaz de decir si un
producto es de calidad o es un producto defectuoso.
Nuestro cerebro puede interpretar las
imágenes aunque estén afectadas por brillos excesivos, poca iluminación o con
cualquier otro defecto. Pero en la visión artificial cualquiera de estos ruidos
mencionados pueden traernos muchos problemas, una forma de solucionar esto, es
utilizar recintos cerrados, estos nos permiten aislar el proceso de factores
externos, garantizando con ello las condiciones de iluminación idóneas.
Las técnicas de iluminación varían de acuerdo a la aplicación que se requiera
ya sea, obtener bordes, extraer áreas u otros requerimientos del sistema.
Sin duda la visión
artificial ha evolucionado con el pasar de los años, esto gracias también
a los nuevos procesadores que manejan grandes cantidades de información con
mayor eficiencia y rapidez